El documental ‘Paying to go to war’ (Pagando para ir a la guerra) cuenta la historia del periodista freelance Antonio Pampliega, especializado en reporterismo de guerra, para denunciar la tremenda crisis por la que atraviesa el periodismo en España y cómo está afectando a los profesionales que lo hacen posible.
En primera persona, Pampliega nos cuenta cómo en 2008 solicitó créditos al banco para emprender viajes a zonas de conflicto como Irak, Líbano, Pakistán o Haití, y cómo después, tras vender los reportajes que fue realizando allí, no pudo recuperar una gran parte del dinero invertido, proveniente de unos créditos que todavía está pagando.
Más tarde el periodista decide viajar a Afganistán y realiza un reportaje sobre una niña afgana boxeadora que está preparándose para competir en los Juegos. Cuando intenta vender el reportaje a un conocido periódico deportivo español de tirada nacional, Pampliega obtiene por respuesta que les interesa mucho la historia y que quieren publicarla pero sin pagarle nada, ofreciéndole únicamente la “promoción personal”.
“Es lo más obsceno que me ha dicho nadie. Que trabaje gratis para que el día de mañana tenga un nombre. Eso no puede ser. Si queremos periodismo hay que pagarlo”.
Finalmente, cuando sólo le quedaban 1.000 euros en su cuenta, el periodista decide viajar a Siria, un viaje que dice que le ha salido bien económicamente pero en el que no ha trabajado con medios españoles.
Pampliega denuncia que los medios españoles sólo se rigen por criterios de audiencia a la hora de seleccionar las noticias y reportajes que publican y cómo intentan pagar lo mínimo (a veces nada) cuando se interesan por esta información que estos periodistas obtienen en lugares de conflicto.
Interesante articulo sobre como estan los medios de comunicacion en este país. Cuando tanto se habla actualmente, tanto en la sociedad como en los medios, de la necesidad de una regeneracion democratica en todas las instituciones para avanzar en democracia, nadie entra al debate de qué medios de comunicacion tenemos y como deberian ser. Hoy más que nunca los medios son prisioneros de sus financiadores (publicidad normalmente o grupos empresariales y/o de presion, enfocados exclusivamente a resultados para sus accionistas) y viven por y para ellos. Van a la noticia de impacto, normalmente sesgada y nadie se preocupa por la objetividad.