¿La gente no lucha? Rompa con ese tópico. Mire en este mapa las luchas sociales y su impacto creciente en todo el mundo desde 1979.
John Beieler, un profesor de la Universidad Estatal de Pensilvania, ha configurado con los datos disponibles un mapa, o mejor, una sucesión de mapas visibles en formato vídeo como un contínuo, hasta construir una lección de historia visual impresionante. Es tambien una lección de lo que hoy se conoce como periodismo de datos (o data jurnalism), es decir, la capacidad de contar una historia a través de nuevas formas visuales que sacan partido a la explotación de multitud de datos dispersos.
http://johnbeieler.org/protest_mapping/
Se trata de 34 años de protestas sociales, de movimientos ciudadanos que toman la calle como expresión de libertad. Puede parar el time line cuando desee y así observar las consecuencias de los conflictos generados en las últimas décadas entre los que destacan:
- La persistencia de las protestas en conflictos perennes como Palestina y el Oriente Medio.Las huelgas y protestas en respuesta a las reformas económicas primera ministra británica Margaret Thatcher.
- La escalada de las protestas del apartheid en Sudáfrica a finales de 1980.
- El surgimiento de protestas en Europa del Este, en los 80, antes de la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética.Las luchas sociales en Latino America como protesta de los ajustes sociales de la década de de los 90.
- Las protestas antiglobalización y su extensión en el Primer Mundo, acompañados de las manifestaciones contra la guerra de Irak en los primeros alos del nuevo siglo. Las movilizaciones conservadoras del Tea Party en EEUU desde 2005.
- La explosión de protestas provocada por la crisis y su localización en Europa y EEUU desde 2008.
- La primavera árabe y su extensión por el norte de África y Oriente Medio a partir de 2011.
No hay como una buena representación para comprender que el progreso social y las luchas ciudadanas están intimamente unidas.
Efectivamente, pero eso sólo se logra con perspectiva, y es difícil adquirirla en panoramas tan lúgubres como el que se presenta ante nuestros ojos. Quien más quien menos, nadie puede evitar sentirse perdido. El bombardeo de estímulos que sufrimos a todas horas y en todos lados poco contribuye a tomar la necesaria distancia para “unir los puntos” y dar cohesión a ese movimiento amorfo que todos apreciamos, pero al que nos es imposible dar forma.
Tremendamente interesante el mapa.
De un vistazo somero, me despierta dos reflexiones: En primer lugar, el innegable despertar global de una conciencia ciudadana. Por otro lado, creo que ofrece perspectiva sobre un fenómeno que olvidamos con frecuencia y que permite si acaso recuperar algo de fe en el devenir de la especie, en tiempos tan sombríos como los que vivimos. La proliferación de esas protestas va inexorablemente unida a la explosión democrática que vivimos en las tres últimas décadas. Por muy imperfectas que sean (y la mayoría lo son) y pese a las graves amenazas que se ciernen sobre ellas, se han abierto espacios para el ciudadano antes impensables, y que deben servir como motor para el cambio. Como muy bien compendia Ignacio Muro, “no hay como una buena representación para comprender que el progreso social y las luchas ciudadanas están intimamente unidas”.
De ahí la importancia capital de apoyar y alentar hasta las últimas consecuencias procesos como la primavera árabe, ahora que parece languidecer. Confiemos en que, una vez liberadas, las fuerzas de la emancipación ciudadana impidan el retroceso a los tiempos oscuros del tutelaje y la desafección.
Gracias Enrique. Lo que falta, efectivamente es nuestra capacidad de dar cohesión a lo que aparece disperso. Y buscar alternativas reales, debatir a fondo sobre el progreso real.